Hijo de inmigrantes judíos, provenientes de
Polonia, nacido en la ciudad de México el 16 de septiembre de 1947. Krause
hace historia para el lector común y emprendió, hace más de veinte años, la
recuperación del honor y de la eficacia de la historia como “el tipo más
popular de escritura, puesto que puede adaptarse a las capacidades más altas y
más bajas”.
Con
algunos de sus trabajos publicados Krause fue duramente criticado por dejarse
seducir por el genio del mestizaje mexicano o por idealizar algunos episodios
nacionales, como la República Restaurada o la comunidad zapatista y tener la
idea de que la historia es un saber al que hay que acercarse con el menor
número de prejuicios posibles o al menos con prejuicios claros y conscientes, y
tratar de entender el pasado en sus propios términos, sin usar al pasado y
menos abusar de él.
La
historia en estos casos demuestra que sufre de una falta de tolerancia en que
no se puede dar ideas nuevas pues estas son inmediatamente descartadas y
atacadas por diferentes grupos.
Para
Krause la historia no es, desgraciadamente, maestra ni de la vida ni de la
política y sustenta que el pasado de poco nos sirve ante el México violentísimo
de nuestros días. Para este autor, el país está demasiado preocupado por sus
problemas presentes para pensar en la historia, o para tratar de sacar de la
historia lecciones que quizá no puede darnos.
La
historia tiene más importancia que la suma de biografías simplificadas que son
resultado del individualismo que lleva a una desafortunada “historia de bronce”.
La
historia es una ciencia, pero no una ciencia exacta. Hay que ejercerla y
construirla con instrumentos científicos, sí, pero es también un arte, una rama
de la literatura, al separarse del arte en favor de la ciencia pierde su
esencia que la hace única. La historia originalmente fue hecha con la intención
de ser para todos y ser de utilidad pública, al dejar a un lado el lado artístico
de ella se convierte en algo que no tiene valor para la sociedad pues esta no
le tiene interés a ella por solo tener como objetivo ser un trabajo “científico”
al estar hecha con solo en mente los instrumentos científicos y se convierte en
un trabajo para científicos y no para que lo utilice la sociedad.